Crónicas de Eratóstenes

“¿Habrá forma de detener el tiempo?”
(Un deudor)


Si en éste momento el sol se encuentra en el cenit sabremos con seguridad que estamos a la mitad del día, pero si en ése mismo momento estuviéramos en otro lugar del mundo el sol no estaría directamente sobre nuestras cabezas, por lo tanto medir la diferencia de hora en ambos lugares en el mismo momento y conociendo la distancia entre los dos puntos sabremos con exactitud cuánto mide el mundo – Resumió el buen Eratóstenes a sus azorados discípulos. – Maestro, – Le increpó el más vivaracho de entre ellos. – para eso se necesita medir el tiempo con mucha exactitud y no considero que tenga otra utilidad de relevancia. – El tiempo tiene mucha importancia para la ciencia y la civilización. – Le respondió el buen Eratóstenes. – Pero tendrá más relevancia práctica si te dedicaras a la usura o si algún día quieres ser gobernador de Quintana Roo y te aplican la Ley Valencia. – ¡Me quedó muy claro Maestro! Seré Senador de la República mientras los políticos dejan de ensayar aplicaciones maquiavélicas de la ciencia. – ¡Muchacho! – Gritó Arquímedes mientras se acercaba dirigiéndose al buen Eratóstenes. – ¡Eso es perverso de tu parte! ¡Mira que cortarle sus aspiraciones tan de tajo! ¿Por qué no lo dejas que lo intente? – ¡Que lo intente! Yo no tengo inconveniente en que mida el mundo. – ¡Me refiero a ser gobernador de Quintana Roo! – ¡Fó! ¡Eso sí es perversidad! – Exclamó el buen Eratóstenes, y prosiguió mostrando cómo medir el mundo.

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